lunes, 21 de julio de 2008

Matilda

El viento mecía su cabello plateado
Celoso, el viejo chal salta al vacío
Te elijo como mi compañera, le dije
Ella sonrió
¿Se enterneció realmente?
La verdad es que ahora no me importa
Aun la veo de reojo acostada junto a mi
Ya le había dicho que no, pero no sabía que a futuro
Terminaría robándome las manos.
Yo le robé todo:
Un beso rocinante
Un te quiero
Un para siempre
Pero olvidé robarle el futuro y llevarlo conmigo en el bolsillo.
Igual puede que estemos a tiempo
Para ir a comer chocolates mientras saltamos bajo la lluvia
O simplemente entregarse a la eterna juventud del beso,
Que confunde las palabras de uno y de otro.

1 comentario:

Lluvia dijo...

Me pregunto si, de nacer, tendran la personalidad de estos poemas. Un niñito lleno de energia y revoltoso, y una niña más nostalgica y reflexiva.

Parecen de catalogo! =)